Los pies de la memoria (real o inventada)

A, 15 de abril: La Tierra antes de la existencia del ser humano.
B, 22 de abril: La Tierra después del ser humano.
A, 29 de abril: Rosas de piedra.
B, 6 de mayo: El don de la ignorancia.
A, 13 de mayo: Perdidos en un cuento.
B, 20 de mayo: Los lunes.
A, 27 de mayo: Llegas tarde a tu tiempo.
B, 3 de junio: Nunca estuve aquí.

miércoles, 25 de febrero de 2009

UN PEQUEÑO SUSTO

Oscuridad, oscuridad que estalla como una bomba. Una bomba que, en vez de producir una llamarada, produce sombra, apaga todas las luces: las del pensamiento, las del sentido común.
Esto fue lo que me ocurrió cuando un viernes al atardecer paseaba por una de las carreteras que unen mi pueblo con el de al lado.
Venía de ver a mis amigas, y como ya estaba anocheciendo comencé a correr...
De repente sonó un fuerte ruido, me di la vuelta y vi un coche fuera de la carretera y empotrado contra un árbol.
No podía creer lo que estaba viendo, acababa de ser testigo de un accidente, en el cuál no sabía si había heridos, ni cuantas personas podía haber dentro del coche...
En ese momento no se me ocurría qué podía hacer,la oscuridad estalló como una bomba y mi sentido común se esfumó, al igual que lo había hecho esa bonita tarde de verano...
Me acerqué al coche para ver lo que pasaba, vi a un niño pequeño, de unos dos años, que con el impacto se había dado contra el asiento del conductor y tenía una brecha en la frente.
Al volante estaba un señor de unos cuarenta años, que ya estaba saliendo del coche, él no había sufrido ningún daño.
Y por último, en el asiento del copiloto se encontraba una señora, que a primera vista también me pareció de la edad del hombre...
El señor me dijo, que por favor le ayudara y llamara a una ambulancia mientras él intentaba sacar a los que eran su mujer y su hijo.
Yo hice lo que me pidió, y al cabo de cinco minutos llegó una ambulancia y se los llevó a los tres.
Al día siguiente me pregunté cómo estarían, así que llamé al hospital y me dijeron que al niño ya le habían curado la brecha, la mujer tenia un collarín y al señor no le había pasado nada.
Yo me alegré al darme cuenta que todo había quedado en un susto.

1 comentario:

José A. Sáinz dijo...

Corrige: que podía, y? para ver, a el niño. Menos mal... En fin, demuestras cómo llevar a donde uno quiere un comienzo cualquiera.