Los pies de la memoria (real o inventada)

A, 15 de abril: La Tierra antes de la existencia del ser humano.
B, 22 de abril: La Tierra después del ser humano.
A, 29 de abril: Rosas de piedra.
B, 6 de mayo: El don de la ignorancia.
A, 13 de mayo: Perdidos en un cuento.
B, 20 de mayo: Los lunes.
A, 27 de mayo: Llegas tarde a tu tiempo.
B, 3 de junio: Nunca estuve aquí.

martes, 30 de septiembre de 2008

¿Un mito o una realidad?


Las casas que jamás han sido habitadas o las que, como las de los veraneantes, han sido construidas para ser ocupadas durante ciertas épocas del año, no suelen tener fantasmas. Frases de este tipo se escuchaban continuamente en mi antiguo barrio.
Desde pequeña hasta hace escasamente tres años, vivía en un barrio de condiciones muy poco favorables para los habitantes. Era y es un barrio de gente humilde y con costumbres antiguas. Muchos hogares habían sido deshabitados por los propietarios por estas condiciones y otros muchos llevaban años sin habitar, más bien dicho, nunca lo fueron. De todo esto, me fui enterando con el paso del tiempo.
Era en una calle larga y estrecha donde yo salía a jugar con otras niñas a la luz de la luna. La impresión que sentía al salir y ver todas esas casas oscuras y sólo la tuya y pocas más con luz, era muy intensa y desconcertante. Ya en el colegio, se empezaban a oír comentarios entre los niños de los fantasmas, la oscuridad.....¿ Sería verdad que existían?. Esta pregunta rondaba por mi cabeza cada vez que escuchaba esos comentarios o historietas de críos. ¿ Y si estoy en peligro en mi barrio?,¿Deshabitarían por eso los hogares?. Cada vez tenía más preguntas sin respuestas. En la noche de un lunes, me decidí a entrar en una de esas casas oscuras para comprobarlo yo sola. Tenía un poco de miedo pero necesitaba saber la verdad. Elegí entrar en esa casa porque era en la que algún que otro día escuchaba pequeños ruidos. Agarré una linterna, enfoqué a su interior y no me hizo falta ni pasar la puerta cuando tirado en el suelo de mala manera, un mendigo dormía junto a la pared. Al darle la luz en la cara, despertó; quiso venir hacia a mí pero yo, asustada, apagué la linterna y salí corriendo. Desde entonces, os aseguro que los fantasmas NO existen, son todo un mito de los pueblos. ¿Alguien opina lo contrario?.

domingo, 28 de septiembre de 2008

UNAS VACACIONES

Las casas que jamás han sido habitadas o las que, como las de los veraneantes,
han sido construidas para ser ocupadas durante ciertas épocas del año, no suelen tener fantasmas. Pero ese mes de agosto mi familia y yo decidimos irnos a veranear a una casa en medio del bosque...
Al principio pensé que podría ser divertido y no me dio ningún miedo...hasta que llegamos y vi la casa, entonces un escalofrió me recorrió de pies a cabeza. La casa daba tanto miedo que en un momento llegue a pensar que incluso podía haber fantasmas.
Durante el día nos estuvimos instalando y no me dio tiempo a pensar en otra cosa. Pero al llegar la noche todo se volvió tan oscuro y tenebroso que no podía pensar en nada más que en “los temibles fantasmas...”
Intentaba dormirme aunque el ruido que hacían los árboles al ser agitados por el viento no me dejaba.
A pesar de mi intento no lo conseguí y empecé a creer que un fantasma había entrado en mi habitación, tenia tanto miedo que me arropé hasta la cabeza con la manta... y de repente el vaso de agua que tenia encima de la mesilla se cayó al suelo rompiéndose en mil pedazos y derramando todo el agua, a continuación se abrió la ventana, y yo tenia tanto miedo que no me pude levantar a cerrarla. A partir de ahí de lo único que recuerdo es despertarme a la mañana siguiente, mirar a la mesilla y ver el vaso intacto, subir la vista y ver la ventana cerrada. Entonces me di cuenta de que todo había sido un terrorífico sueño.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Ruidos fantasmales

Las casas que jamás han sido habitadas o las que, como las de los veraneantes, han sido construidas para ser ocupadas durante ciertas épocas del año, no suelen tener fantasmas, pero aquella si... Empezaré por el principio, presentándome ¡como no!. Veraneaba en un pueblo de Asturias, rodeado de gente rara y maliciosa, mi nombre es Pablo puesto por mis padres, de los cuales trata esta historia. Era una bonita mañana y acalorada, mi madre cocinaba la paella que tanto nos gustaba a mi hermana y a mi. Mi padre llegó muy tarde a comer aquel día, por lo que tube que atrasar mi hora de la siesta, que tengo que hecharme lejos de él ya que cuando duerme ronca ruidosamente. Nunca llegué a pensar en lo que pasaba hasta que un día lo vi. Tenía un aspecto totalmente fantasmagórico, como aquellos que salen en las películas, con cadenas en las piernas y como si fuera aire que se esfumaba por las rendijas de ventilación. Lo vi salir de mi padre como humo que salía de un cigarro mal apagado. Mi padre dormía pofundamente y yo fuí a robarle algo de dinero para un helado en la tienda cuando me encontré con aquello. Salí corriendo de la habitación a zancadas hasta yegar al salón donde mi madre se hallaba también dormida y con el mismo fantasma, o parecidísimo al que le salia a mi padre por la boca mientras roncaba. Fué algo cómico ya que aquellos fantasmas probocaban los ronquidos de mi padre, pero en el caso de mi madre provocaban que no parara de decir cosas absurdas. Intenté agarrar a aquellos fantasmas empezando por el de mi madre pero no quería salir de allí, asique me decidí por el de mi otro pariente. Este no se me escapó de las manos, lo cual me sorprendió ya que normalmente no se les puede coger, pero a este si, asique no desaprobeché esta ocasión y lo metí en mi mochila. desesperado por el fantasma paterno pero algo mas por los ronquidos de este llamé a mi hermana que no se creía lo que veía cuando llegó a casa. Entre los dos lo agarramos y lo metimos junto al otro en mi mochila. En ese preciso instante me los llevé a la casa de mis vecinos , a los que soportaba, con esos aires superiores que se traían, asique este era el momento de mi venganza, asique los metí por la rendija de la llave y lo tapé con el chicle que llavaba en la boca. Cuando volví a casa mis padres ya habían despertado, pero entre mi hermana y yo decidimos no decirles nada. Asique esta es mi historia, que algunos tacharán de absurda, otros de ridícula, pero yo sé lo que pasó, y eso es algo que nunca podré olvidar.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

EL ATARDECER



Reinaba un silencio de sábado por la tarde lleno de nostalgia. Yo, como todos los días, iba a mi lugar favorito en el preciso momento en el que, en mi opinión, todos los lugares muestran su mayor esplendor, el atardecer.

Me encanta sentarme en la hierba, al lado del lago, para contemplar los distintos tonos rojizos, amarillos y anaranjados que se trazan en el cielo para que al final se vayan apagando para dejar paso a la oscuridad de la noche.

En el momento en el que el atardecer se encuentra en su mayor esplendor entro en un estado de relajación total, que hace que todas las preocupaciones y problemas que rondan por mi mente desaparezcan por un rato y así poder respirar tranquila aunque solo sea durante unos instantes.

Aunque hay muchas personas que prefieren el amanecer ya que dicen que transmite esperanza para poder empezar bien el nuevo día. Pero yo pienso que si ves el atardecer te haces a la idea de que lo que has hecho ya pasó, pero si has hecho algo mal siempre quedará mañana para arreglarlo. Pero claro, esta es mi opinión. ¿Cuál es la tuya?


martes, 23 de septiembre de 2008

RECUERDOS DE LA INFANCIA

Reinaba un sábado por la tarde lleno de nostalgia. Fué hace unos 5 años.Estaba merendando en la casa de un amigo hunto con otros dos. Sus padres no nos dejaban salir solos a la calle y no aburriamos mucho. Intentábamos pasar el tiempo viendo la televisión o jugando con los muñecos, pero cuando mirábamos por la ventana el buen tiempo que hacía, teníamos cada vez más y más ganas de salir a jugar a la calle. En un descuido de los padres de mi amigo, nos dejaron solos y conseguimos escaparnos. Cuando salimos, el chico de la casa nos llevó a un lugar donde se podía jugar al escondite. Estábamos muy lejos, pero el decía que no nos íbamos a perder. Era la cuarta vez que jugábamos al escondite y yo tenía que buscarlos. Encontré a dos pero el tercero no aparecía. Le llamamos varias veces pero no contestaba. Muy asustados, fuimos corriendo a la casa de mi amigo a buscar a sus padres. Cuando llegamos nos regañaron, pero les dijimos que un chico se había perdido y salimos todos corriendo a buscarle. Después de media hora le encontramos muy asustado detrás de una roca porque había oído unos ruidos. Al final todo quedó en un susto y prometimos no volver a hacerlo.

DOS ASESINATOS INEXPLICABLES

Reinaba un silencio de sábado por la tarde, lleno de nostalgia. Jesús y María recién casados pasaban su luna de miel en una pequeña caseta del monte de la que muchas personas decían que estaba maldita. Ellos no hicieron caso a las habladurías de la gente por que la verdad ellos decían como cualquier persona sensata, los fantasmas no existen.
Al ir pasando la tarde ellos que lo estaban pasando muy bien encendieron la estufa y se acurrucaron los dos en el mismo sofá mientras escuchaban una romántica música de fondo. Al llegar la noche María dejo a Jesús durmiendo en aquel sofá y salió al jardín a leer un rato su cuento de terror favorito. Ella al terminar su libro subió a la habitación y tras un largo rato pensando en el cuento, sintió como si una persona la estuviera mirando pero ella no veía a nadie. María pasó por un pasillo estrecho y siniestro de aquella casa en el que vio ocultarse una sombra entre la oscuridad de la noche, ella se acerco rápidamente y cuando miró hacia la oscuridad en un pequeño parpadeo quedo dormida y atada en un pequeño desván secreto que había en aquella casa. Lo que a ella mas raro la parecía es que esto sucedió igual que en su cuento. A la mañana siguiente Jesús buscaba a María por todos los lados de la casa y al recorrer el pasillo aquel tan siniestro vio que el libro favorito de María estaba tirado en el suelo abierto por una página en la que estaba subrayado con sangre la durmió y la escondió. Jesús no podía imaginarse lo que significaba eso. Aquella noche Jesús inquieto por saber donde estaba su mujer no podía dormir y decidió leer el libro favorito de su mujer. Al terminar el libro se fue a intentar dormir mientras pensaba en una escena del libro que la había llamado la atención en la que al hijo del protagonista lo despellejaban mientras veía a su madre que era violada por un hombre de negro. Al levantarse para ir al servicio vio una sombra entrar por una pequeña escalera que era casi imposible de encontrar, Jesús rápidamente salió corriendo detrás de ella pensando que era su mujer y al subir al desván vio como violaban a su mujer, según se dio la vuelta el mismo señor que estaba violando a su mujer le golpeo en la cabeza con un jarrón y le despellejó, después lo cortó la cabeza. María no podía aguantar más esa situación así que busco una forma de salir de allí, cuando terminó de desatarse recordó el libro y huyó por la ventana, pero de lo que no se acordó era de que eso no era un cuento sino de que era la vida real, al bajar al jardín al hombre de negro el cual la siguió y al poco tiempo la alcanzó, y la dijo morirás como tu marido y como todos los que vienen por aquí y según terminó de decir la palabra tenía María un cuchillo en el corazón. El hombre de negro quemó los cadáveres e izó pensar a todos que de nuevo había sido el fantasma de la casa quien mataba a todo el que pisara aquella casa. Lo que ningún vecino supo nunca explicar es la forma rara que tenían de morir las personas.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Un final.

Las casas que jamás han sido habitadas o las que, como las de los veraneantes, han sido construidas para ser ocupadas durante ciertas épocas del año, no suelen tener fantasmas. Aquella tarde mi mejor amigo intentaba convencerme de todo lo contrario, decía que a los fantasmas les molesta nuestra presencia, y no quieren recordar su lugar de origen, así que buscan lugares deshabitados. Él siempre me contaba cosas así, siempre hablando de cosas sobre las que nadie tiene ninguna certeza, siempre como si fuera pura ciencia.

No sé qué hizo que aquel día de otoño decidiera creerle, y siempre me lo he preguntado. Caminábamos en busca de un lugar que yo no conocía, Marcos quería demostrarme que podía encontrar fantasmas, y yo estaba segura de que aquello no era una buena idea.
Entramos en una casa deshabitada, de la que él tenía una llave. Antes de entrar me dirigió una mirada que aún intento comprender. Un sonido escapó del interior de aquella casa, y después, el silencio. En ese momento la sonrisa de mi amigo brilló, al igual que su mirada. Como el que tiene la certeza de un hallazgo.
Cuando cruzó el umbral de la puerta sentí algo, algo que no puedo olvidar y aparece cada noche en todos mis sueños, sentí como él se iba. Sólo recuerdo ver una luz, o quizá fuese demasiada oscuridad, y después... Nada. Cuando entré, la casa estaba vacía, y desde aquella tarde, de Marcos sólo queda un recuerdo, un misterio.

Juegos imaginarios...


Las casas que jamás han sido habitadas o las que, como las de los veraneantes, han sido construidas para ser ocupadas durante ciertas épocas del año, no suelen tener fantasmas. Pero aquella tarde, mientras paseaba, decidí perderme en mi cabeza y me propuse una especie de juego, un juego para matar el aburrimiento y la soledad de un verano recién acabado y sin nadie alrededor...
Pues bien, consistía en darle rienda suelta a mi imaginación y crear en mi mente un mundo de fantasía y "terror".
Empecé pensando qué era lo que podía haber dentro de aquellas casas, tan frías ahora, y tan abandonadas...Me venían imágenes de personas, pero no eran normales. Quería imaginar a alguien anormal, alguien que no fuera como yo o como cualquier ser humano...Eran seres espirituales, pálidos y con mucho miedo en su interior, pero nadie más los veía, nadie más los sentía. Simplemente yo, y eso era algo que me gustaba, me creaba una sensación extraña...Sólo yo podia imaginar aquellas cosas en ese mismo momento, sólo yo, y nadie más...
Me metí tanto en el juego, que por un momento dudaba si estaba viviendo en el mundo real, o en un mundo de ficción...Por un momento tuve miedo de que lo que pudiese haber ahí dentro, fuera algo real...
Y por eso vuelvo a decir, que se oye por ahí, que las casas que jamás han sido habitadas o las que, como las de los veraneantes, han sido construidas para ser ocupadas durante ciertas épocas del año, no suelen tener fantasmas, pero aquella tarde, prefiero pensar que algo extraño pasó en ese mismo lugar...En mi mente, quizás. En la realidad, igual sí, por qué no...

Soledad


Reinaba un silencio de sábado por la tarde, lleno de nostalgia. Se percibía un olor a lluvias otoñales muy curioso. Yo, sentado en un banco, contemplaba los ágiles pájaros del atardecer volando de un lado a otro sin destino fijo. Yo, solo, sin ninguna compañía a excepción de mi desaliñada mochila. Yo y simplemente yo, rodeado de un silencio completo...me habían dejado solo.

Lentamente me levanté. De mala gana cogí mi mochila y empecé a andar, como esos pájaros, sin rumbo fijo. A cada paso que daba, la soledad me seguía a donde quiera que fuese. Harto de su presencia le pregunté: ¿por qué me sigues? y ella no respondió. ¡Márchate! y ella no se marchó. Intenté olvidarla pues no me apetecía enfadarme más de lo que ya estaba.

Continué caminando por la solitaria calle pensando: ¿por qué me han abandonado?¿se han cabreado conmigo?¿ha sido por algo qué yo he hecho o dicho? Estas preguntas estaban golpeando mi cabeza como si fueran grandes martillos cuando me dije: si ellos no se preocupan en saber donde estoy entonces me preocuparé yo de saber donde están ellos. Así, con la respuesta en mis brazos, la soledad acobardada y la mochila a mi espalda seguí caminando.

Momentos decisivos

Sentada en la cristalera del salón contemplaba la lluvia emparejándose con las riadas de mi cara al recordar aquellos momentos imborrables de mi mente, aquella trágica situación en la que no sabes cómo debes actuar pero simplemente actuas...fue un momento de shock.Supe que debía actuar lo antes posible porque todo dependía de mi.Decidí mancharme las manos de sangre con tal de salvar a mi amiga.Sí...le disparé....sí...dentro de dos semanas entro a juicio...sí...seré encarcelada...pero la vida de mi amiga antes que la de asesino.Él la cogio según íbamos uyendo de sus acechas y amenazas.Ellos se quedaron detrás mientras yo seguía corriendo pero cuando oí que me reclamaban con gritos de desesperación me quedé parada y miré hacia atrás porque presentia que mis zancadas de poco iban a servir.Vi que él la tenia amarrada por el cuello y amenazada con un cuchillo rozándola la yugular.Supe que entonces la vida de mi amiga dependia de que yo actuara y por supuesto lo hize...le maté...y cómo no ahora la asesina soy yo, pero precisamente no me arrepiento de nada.La rabia pudo conmigo...
Trágico final para mi ¿verdad?, pero por suerte todo esto es una paranoya de cómo actuamos las personas y nos convertimos en lo que no somos sin querer.