Los pies de la memoria (real o inventada)

A, 15 de abril: La Tierra antes de la existencia del ser humano.
B, 22 de abril: La Tierra después del ser humano.
A, 29 de abril: Rosas de piedra.
B, 6 de mayo: El don de la ignorancia.
A, 13 de mayo: Perdidos en un cuento.
B, 20 de mayo: Los lunes.
A, 27 de mayo: Llegas tarde a tu tiempo.
B, 3 de junio: Nunca estuve aquí.

lunes, 15 de junio de 2009

¿Nunca estuve aquí?

Jenni se acercó a Halcon con furia. Los tres le odiábamos desde luego pero fue ella la que se lanzó. Finalmente llegó adonde estaba él y, sin cortarse, le introdujo fuertemente su pie en la entrepierna. Perplejos, tanto ella como nosotros, entramos por la majestuosa puerta del edificio mientras Halcon se retorcía de dolor en el suelo.

Ni siquiera habíamos terminado de atravesar el umbral cuando unas diez armas de fuego nos apuntaban. Todo sucedió a gran velocidad. Tan pronto como empezamos a correr por un pasillo se oyeron los disparos y algunos gemidos de nuestros perseguidores. Aunque los tres nos esperábamos un recibimiento parecido estábamos sorprendidos por la información que manejaba Casius, que ya había ordenado a sus hombres darnos la bienvenida con un enorme arsenal de armas. 

El pasillo era estrecho. Solo podíamos ir en fila india a toda prisa, intentando despistar al gran número de personas que nos perseguían. Tamma giro bruscamente a la izquierda varias veces por lo que estábamos completamente desorientados. Por fin el pasillo se ensanchó. Notamos la presencia de gárgolas de piedra a ambos lados de la pared. El rostro de esas gárgolas era amenazador. Parecía que si se miraban demasiado tiempo acabarían explotando en un mar de escombros.

Al final del pasillo había una puerta entreabierta. Sin pensar entramos en la sala la cual, afortunadamente estaba vacía. Nada más entrar, cerramos la puerta con una vieja llave que había encima de una mesa. Jenni se guardó la deteriorada llave en el bolsillo y se acercó a la siguiente puerta.

La puerta se abrió de par en par e inundó de polvo la pequeña estancia. Detrás de la gran nube de polvo se podía vislumbrar una enorme figura de cabello negro que nos observaba con satisfacción. Casius se acercó más y más hasta que se hicieron visibles sus pequeñas cicatrices que le invadían el rostro. De repente sus ojos se fijaron en mí y dijo con gran satisfacción.
       - Bienvenido Yahim, hijo de Danna y único heredero de las Rosas de Piedra.

La verdad puede ser dolorosa y clavársete en lo más hondo de tu alma. Algo tan sencillo que jamás me lo hubiera planteado. El hombre al que yo consideraba el más ruin y despiadado de todos los tiempos no era otro que mi padre. Aquel padre con el que yo había soñado tantas veces, y al que había añorado tanto. Ahora esos sueños habían perdido todo el sentido y la verdad se me clavó tan fuertemente que no podía respirar. Solo podía resignarme ha quedarme ahí, de pie, como si los demás nunca hubieran estado allí, contemplándome como lo estaban haciendo. Lo inimaginable se había hecho realidad. Mientras mi cuerpo continuaba en su postura inicial, mi mente volaba muy lejos, tan lejos como si fuera ella la que nunca hubiera estado ahí.





2 comentarios:

José A. Sáinz dijo...

Bueno, parece que construyes paso a paso una historia continuada.

Juan dijo...

esa es exactamente mi intencion.....