Los pies de la memoria (real o inventada)

A, 15 de abril: La Tierra antes de la existencia del ser humano.
B, 22 de abril: La Tierra después del ser humano.
A, 29 de abril: Rosas de piedra.
B, 6 de mayo: El don de la ignorancia.
A, 13 de mayo: Perdidos en un cuento.
B, 20 de mayo: Los lunes.
A, 27 de mayo: Llegas tarde a tu tiempo.
B, 3 de junio: Nunca estuve aquí.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Prueba superada


Una vez me enseñó una fotografía de cuando ingresó en el instituto. En la imagen aparecía sentada en una tumbona del jardín. A su alrededor, florecían los girasoles. Era verano. Ella llevaba unos tejanos cortos y una camiseta blanca. No estoy hablando de una fotografía cualquiera, sino de una especial que nos devolvió la vida a mi mejor amiga y a mí. Puede resultaros un poco dramático o incluso exagerado, pero es la sensación que tuvimos en aquel momento y que ahora os contaré. A Blanca, mi mejor amiga desde la infancia, la detectaron una mancha en el pulmón con tan sólo quince años y que posteriormente se convirtió en cáncer. Era inexplicable, pues no fumaba ni había fumado en su vida; pero la realidad era la que contaba: una chica joven con toda una vida por delante con cáncer de pulmón. Yo de todo esto no sabía nada, Blanca no me lo quiso contar para que no me preocupara por ella pero lo que sí que me preocupaba y me tenía descolocada era el no verla tan alegre ni sonriente como siempre, estaba más apagada y triste que nunca. Le preguntaba día tras día pero no obtenía respuesta. Ya no era la misma que antes; estaba adelgazando y se la reflejaba en la cara, que, según dicen y habréis oido: "La cara es el espejo del alma". La noche de un miércoles, pasadas ya unas semanas, Blanca se presentó en mi casa sin avisar; me resultó un tanto extraño porque no habíamos dicho nada de salir ni me había comentado que vendría a mi casa. Estuvimos charlando en mi habitación a la vez que escuchábamos música de fondo cuando, de repente, sacó del bolsillo de su abrigo una foto. Era una imagen suya de hace algunos años pero que guardaba con especial aprecio de sus vacaciones en Mallorca sentada en el jardín del hotel. Me la entregó diciéndome que cuando ella se fuera leyera lo que había escrito por detrás, y así fue. Me lo contaba todo con detalles y no pude evitar que se me cayeran las lágrimas; era un palo. Al día siguiente empezaría la quimioterapia en el hospital. Después de varios meses de sufrimiento para las dos, se presentó en mi casa a altas horas de la noche con una estupenda y brillante sonrisa y me dijo:-" Paula,(pequeñas lágrimas caían de sus ojos) he superado el cáncer"-. Al oírlo, nos abalanzamos una sobre la otra dándonos un enorme abrazo. Después de tantos días indecisos por la salud de Blanca, todo volvió a la normalidad, volvimos a estar vivas. Me gustaría que tuviérais esta frase siempre en la cabeza : "La esperanza es lo último que se pierde"; pues Blanca no perdió nunca la ilusión de volver a vivir.





4 comentarios:

José A. Sáinz dijo...

Texto un poco dramático, pero bien contado. Y optimista, que no es poco. Has cometido un laísmo: *la preguntaba; Miércoles, como el resto de los días de la semana o los meses -y a diferencia de otros idiomas, como el inglés, no se escriben con mayúscula. Acentos, uno de más y uno de menos: fué -monosílabo- y oido -hiato-.

Paula Muñoz dijo...

Ya se que resulta dramático pero es la realidad. Ojalá en la vida real fuera como en esta historia que he contado; que todo el mundo pudiera superarlo y contarlo tras ello.

Paula Muñoz dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
José A. Sáinz dijo...

Visto. Pero tampoco es tan relevante la pequeña tilde de la pequeña palabra sé para que merezca ser borrado todo el comentario. Basta con que te hayas dado cuenta.