miércoles, 8 de octubre de 2008
Madurar
En el instituto me convertí en un ser humano normal y corriente. Esa fue la segunda etapa de mi vida: convertirme en un ser humano como cualquier otro. Abandoné mis peculiaridades y me convertí en un chico como los demás. Dejé de ser el típico gracioso a quien todos quieren tener cerca para pasarlo bien, en ese momento me convertí en quién mis padres querían que fuese, una persona trabajadora, alguien con numerosos sueños y ahora gracias a aquéllos profesores soy alguien, un tipo con dinero, una carrera y muchas otras cosas más importantes que hacer que vaguear en clase mientras el profesor explica una aburrida lección. Todo esto se lo debo a todos aquellos compañeros trabajadores que me rodearon y los cuales en aquel momento me sirvieron de inspiración para llegar a ser quien soy y convertirme en modelo para mis hijos y orgullo para mis padres. Por todo esto estoy muy agradecido a aquel magnifico instituto y a aquellos cualificados profesores.
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1 comentario:
Si es una visión del futuro, te puede resultar estimulante. Quizá insistas demasiado en lo correcto y pueda sonar un poco artificial para un chico de tu edad. Esta vez te has pasado de acentos; a ver si la próxima nos quedamos en los justos: Deje, aquéllos (2 veces), qué, aquél, quién soy.
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