Los pies de la memoria (real o inventada)

A, 15 de abril: La Tierra antes de la existencia del ser humano.
B, 22 de abril: La Tierra después del ser humano.
A, 29 de abril: Rosas de piedra.
B, 6 de mayo: El don de la ignorancia.
A, 13 de mayo: Perdidos en un cuento.
B, 20 de mayo: Los lunes.
A, 27 de mayo: Llegas tarde a tu tiempo.
B, 3 de junio: Nunca estuve aquí.

jueves, 29 de enero de 2009

Cada lugar tiene su encanto















¿Qué es mi pueblo?; la verdad es que al ver esta pregunta me quedé sin palabras en un primer momento. Una pregunta tan directa y tan sencilla que nunca antes me había planteado. Me parecía algo insignificante, algo imposible de responder que me vi incapaz de realizar un texto sobre ello; pero, parándome más de un minuto, un sólo minuto, a pensar, se me ocurren miles y miles de cosas que escribir, momentos y experiencias que recordar, emociones que describir, sonrisas, besos, lágrimas y fracasos; y todo esto, en mi pueblo.
Para mí, cada lugar tiene su encanto propio. No podemos decir que lo nuestro es lo mejor si todavía no hemos visitado y conocido otros lugares para compararlo; pero es algo a lo que no está acostumbrada la sociedad de hoy en día: " lo mío es lo mejor y lo tuyo no vale". Al igual que las personas, los pueblos tienen sus defectos y sus virtudes y hay que aprender a jugar con ellos. Un pueblo depende de cómo se le trate, de la gente que habite y de lo que cada uno quiera sacar de él. Estropear tu pueblo por el simple hecho de no gustarte, es estropearte a ti mismo. Puede que no sea para toda la vida tu lugar de residencia o, tal vez, puede que sí; pero lo que está claro es que hay que aprovechar cada instante en él, disfrutar de cada momento, de cada detalle. Por todo esto, intento sacar todo lo bueno que tiene Arenas de San Pedro, mi pueblo. Como "los defectos" de cada pueblo varían según la persona que lo cuente, prefiero hablar de sus encantos que seguro que coincidimos mejor.

Desde pequeña, y puesto que mis padres eran y siguen siendo muy aficcionados a ello, me encanta salir a la montaña de excursión o simplemente por diversión y entretenimiento. Tenemos la suerte de contar con la Sierra de Gredos alrededor nuestro; en la que cabe destacar su naturaleza, su paisaje, los animales, las aves, los charcos con ese agua tan helada, las flores con esos colores vivos durante la primavera, los picos dónde poder escalar. Recuerdo que tengo fotos y fotos en ella, cada una con su recuerdo inolvidable. Aquí tengo a mi mejor amiga desde la infancia, gran parte de mi familia, amigas, amigos..

Muchas veces, sinceramente, quiero irme lejos de aquí. En realidad, en los pueblos todo, tarde o temprano, se sabe: las habladurías y malas interpretaciones de las personas me hacen llegar a estos límites, de querer irme lejos, muy lejos; buscar nuevas experiencias, conocer lugares y personas nuevas no me importaría. Me gustaría cambiar de aires pero, a su vez, cuando llegue el momento, me costará mucho tener que abandonar mi pueblo. Le quiero pero le odio.

1 comentario:

José A. Sáinz dijo...

Me parece una reflexión madura, poco simplista. Así suelen ser las cosas. Corrige eñ acento de ví, es monosílaba.